jueves, 30 de julio de 2009

QUINTO


Había una una vez una sirenita que surcaba los mares. ¡Qué frío tenía la pobre!, siempre con la piel de gallina. Un marinero que conoció le regaló un abrigo muy bonito, con grandes solapas y botones dorados. Pero, mojado, no servía para nada en el fondo del mar. ¡Qué la sirenita seguía tiritando!. Fue al Hada del Mar, que le regaló un par de piernas y un biquini a juego. Salió del agua y se quedó en la playa. Y ahí la podéis ver, tomando el sol, roja como un cangrejo. Aún hoy, regalo de los mares helados donde pasó su juventud, en la cama siempre tiene los pies gélidos.

viernes, 3 de julio de 2009

CUARTO

La curiosidad mató al gato, el hombre todavía siente curiosidad por saber a donde le llevará.

jueves, 2 de julio de 2009

T E R C E R O

Todos conocéis a Dédalo. Sí, ese que se paseaba por calles de Atenas ufano, seguro de ser el más listo de la ciudad. Pues tenía un sobrino llamado Perdix, también muy listo. Envidioso Dédalo, lo llevó a lo alto de un acantilado y le propuso una adivinanza que él creía de imposible resolución: "querido sobrino, sabrías decirme donde está el punto medio entre nuestra posición al borde de este precipicio y el horizonte", dijo con un tonito irónico.
Pérdix, con la mano sobre los ojos protegiendo éstos del sol, inmediatamente dijo: "teniendo en cuenta la redondez de nuestro planeta, y que la línea de la mirada es una tangente que se une a la curvatura de la tierra, este largo trecho, y teniendo también en cuenta la reducción de la perspectiva, le parecerá al ojo tan corto, que su bisectrix ocurre aproximadamente con la línea del horizonte".
Cuando aún sonaba la sílaba "te" en la boca del infeliz Pérdix, Dédalo de dió un patada en el culo, impulsando al vacio al monosabio, y en la largísima caida aún se oía eeeeeeeeeeeeeeee....
Menos mal que Palas Atenea desde el Olimpo vigilaba el suceso, y cuando Dédalo esperaba escuchar "chof", la diosa convirtió al joven en pérdiz, que remontando el vuelo, se refugió en lugar seguro.